Desde los nueve años, ya no recuerdo si por gusto, o por obligación, de cabeza en el mundo de la imagen. Con el tiempo, o mi gusto aumentó, o se desarrolló ese gusanillo creativo.
Una vez adulta, todos mis avances académicos han ido cada vez más enfocados al estudio y la especialización en la dirección de arte gráfica y digital, tomando la ilustración y las técnicas artísticas analógicas, como protagonistas de los resultados finales.
Con algo más de treinta, y enamorada de la parte sensorial de los productos manufacturados, los últimos derroteros artísticos se han enfocado en el corta y pega más tradicional, buscando la inmediatez de la idea y la provocación visual.
No puedo negar mi amor por lo digital, por las posibilidades creativas que ofrece a la ilustración y todo el campo de la imagen, por lo que parte de mi trabajo se desarrolla en estos medios, apostando por la conceptualización en una búsqueda continua de la máxima expresión en la mínima composición.