Un trabajo lleno de sensibilidad para un design marker especializado en seda. Sus creaciones persiguen embellecer a las personas, acompañarlas y atrapar sus historias y emociones para que permanezcan en el recuerdo.
Alfredo Arranz es un artesano textil que diseña, produce y comercializa pañuelos, chales y fulares de seda 100% natural, pintados a mano y estampados artesanalmente. Alfredo me dio la tarea de diseñar y ayudar en su estrategia de identidad corporativa.
Para ello se destacaron aspectos como la sensibilidad del artesano, la delicadeza de la seda 100% natural, la expresividad de color, el valor sentimental y simbólico que representan, la singularidad y ser una pieza única e irrepetible.
El trabajo consistió en buscar formas y materiales esenciales, bellos y elegantes que acompañasen a un producto de lujo y genuino y que, en su conjunto, marcasen una unidad. Elementos que transmitiesen de forma sutil esas emociones y sensaciones antes de ver el producto final.
La marca recoge la síntesis de su trabajo, inspirada en los trazos sobre la tela toman la forma de una “A” caligrafiada, forma que aporta calidez y seriedad a la vez que movimiento.
Con el claim, El color de la seda, conseguimos destacar uno de los elementos fundamentales de su trabajo, la expresividad del color. La marca, en su conjunto, se complementa en los diferentes soportes, a través de la calidez y la sutileza de las letras del claim estampadas en barniz transparente y/o en golpe seco (papelería y bolsa); de las líneas finas en azul de su logotipo; del contraste de tipografías; y de los papeles utilizados que contienen un alto porcentaje de algodón, lo que le confiere, en su conjunto, un aire más suave y sofisticado.
El objetivo es apelar a las emociones a través de los sentidos del tacto, el olfato, la vista y el oído. La suavidad de los materiales, el olor agradable al abrir una caja, el gusto de apreciar un envoltorio y soportes elegantes y la falta de sonidos estridentes en el manipulado de los mismos (papel de bambú para la papelería, Fedrigoni para el packaging y se ha sustituido el clásico envoltorio de papel de seda por papel japonés, para eliminar el ruido estridente al desenvolver el producto).
Un trabajo con un toque artesanal, pensado para un proyecto con mucha sensibilidad y realizado con absoluta libertad.
