El proyecto consiste en crear el nombre de una nueva editorial, su imagen corporativa y las portadas de tres géneros literarios. La editorial se llama “amamarla” y los principales conceptos utilizados para realizar su imagen han sido; joven, rompedor y gamberro.
La propuesta cuenta con tres títulos dentro del terror, clásicos y poesía. Se trata de una línea de libros de bolsillo con un estilo llamativo y desenfadado que busca atraer al público joven.
Se busca una imagen orgánica para la editorial, trabajada desde la ilustración y que juegue con la tipografía en caja baja. Su nombre se debe a la palabra mamma; pecho o teta, y a su vez es una expresión que se repite entre los jóvenes.
El resultado del proyecto es una gama de nueve libros ilustrados, con una paleta de color reducida a cinco colores contrastados y llamativos. Según la colocación de los ejemplares, es diferente la percepción y juego visual que se crea en su lomo o portada.