Nuestras vidas necesitan un giro económico, social y cultural. Esta crisis sanitaria que tan fuerte nos está azotando, ha evidenciado las múltiples complicaciones a las que hacen frente las mujeres en general, y la mujer rural en particular.
Problemas estructurales que hemos querido reflejar a través de esta gráfica que comunica el IV Encuentro por la Igualdad y que este año versará sobre Economía Feminista. Tres grandes pilares, analogía de los gráficos de barras en economía, representan los trabajos esenciales realizados por las mujeres mayoritariamente sin los cuales el sostenimiento de la vida se derrumbaría.
En la primera barra o pilar vemos a la mujer cuidadora y sostén de la economía, una mujer capaz de todo para sacar a la familia adelante. Abuelas que ayudan a sus hijas y nietas, siendo soporte tanto económico como social.
Da igual lo tensa que esté la cuerda y lo alto que esté la cima. A continuación, en la segunda barra podemos ver a una mujer con el agua al cuello, a punto de ahogarse por esa «doble jornada», una jornada que resulta agotadora.
En la cabeza, una escafandra y en la mano un reloj que representa el tiempo y en cada pie un lastre que le sumerge cada vez más: una cazuela y un ordenador. Resulta casi imposible lograr ese equilibrio entre el trabajo de fuera y de dentro de casa.
En esta ocasión prima el color azul, azul como ese agua que ahoga. Finalmente, tenemos una tercera barra. Una mujer con altavoz en mano, a punto de ser devorada por un tiburón que emerge de una ciudad de negocios rodeada por rascacielos.
Una mujer que intenta hacerse valer, visibilizar su trabajo frente a una sociedad dispuesta a ponérselo difícil.
