Mirar, oler, saborear… una identidad corporativa con las apreciaciones poéticas para el disfrute del vino en una cata. Hacer catas de vino, esa actividad entre aprender y degustar, mirar, oler, saborear… Color, nariz, boca es un nombre descriptivo, que cuenta un proceso.
Una especie de adivinanza cuya solución es el vino. Con el logotipo pasa un poco lo mismo, si el naming es una adivinanza, el logotipo, un jeroglífico, nos cuenta una historia en secuencia, de una manera sencilla, visual y atractiva.
Una identidad que nos invita a mirar, oler, saborear…El diseño de marca atrae a aquellos consumidores que buscan adentrarse en el mundo del vino partiendo del desconocimiento de los complejos aspectos vinícolas, y lo acerca también a un público más joven.