Este proyecto consiste en observar los envases y residuos que se generan en el hogar donde habitamos. A través de ellos se empieza un proceso de diseño donde el factor principal es el intercambio.
Inicialmente se recopilaron una serie de envases a los que se les pudiera intercambiar el producto interior por otro diferente, como un bote de pintura, un pintalabios y un bote de pimienta.
Finalmente, se escogió el bote de pintura con la finalidad de intercambiar el producto original por un producto alimenticio. El concepto del proyecto es “La modernización de las matanzas mallorquinas” que hace referencia a la moderna y práctica aplicación directa del producto cuando va a consumirse.
Los productos de matanzas mallorquinas como la sobrassada, el botifarró o el saïm generalmente se aplican a otros alimentos base, como el pan, a través de utensilios como un cuchillo o una cuchara.
Esto provoca que se empleen más elementos de los necesarios para realizar la acción, por eso se requiere actualizar y facilitar la aplicación de este tipo de productos. Para el diseño del envase se optó por una estructura puramente tipográfica compuesta por verticales y horizontales.
Se escogió una tipografía manuscrita para darle una estética casera al producto, ya que su elaboración es artesanal y los ingredientes son 100% naturales. Respecto al color, se escogieron los colores representativos de cada alimento.
Para la sobrassada un naranja rojizo, para el saïm color beige y para el botifarró un marrón rojizo.