Memoria, de Eva Salás, es un trabajo experimental que se articula en torno al concepto de álbum ilustrado en su vertiente más poética. Partiendo de la idea de “no lectura” trata de buscar la implicación del espectador contemporáneo, incitándole a la obligada interpretación del compendio de formas abstractas que configuran la totalidad de la producción realizada.
Así pues, mediante un lenguaje que toma como punto de partida la serigrafía creativa, se generan una serie de posibles comunicaciones pretendidas que requieren un receptor comprometido y predispuesto.
¿Quién no ha buscado formas figurativas donde no las hay? El hecho de relacionar cualquier imagen con algo conocido nos ocurre cuando, ante lo que se nos presenta como desconocido, tratamos de buscar, y de hecho encontramos, algún tipo de vínculo formado conceptual que nos acerque a la comprensión de aquello que nos desborda.
Podría decirse que pretendemos, o más bien necesitamos, poner nombre a todo lo que nos envuelve. Identificar imágenes que nos resulten familiares en la naturaleza, en una mancha, o en cualquier objeto, es un fenómeno psicológico denominado pareidolia.
Este término, seguramente desconocido como tal en nuestra niñez, nos indica que aquello que vemos es una ilusión, una ficción que nada tiene que ver con la realidad aceptada de una fotografía, de una ilustración científica o de un dibujo descriptivo que, para nosotros, porque así nos lo ha impuesto una fuerte tradición occidental, sí detalla realmente el referente, sea objeto o sujeto, con total fiabilidad.
Sin embargo, el grado de iconicidad de cada una de estas representaciones no varía el significado de lo que vemos y, por lo tanto, tampoco lo invalida como signo visual. El individuo percibe aquello que ve de forma única e individual, pues se trata de un sujeto singular y exclusivo, es lo que podríamos llamar la unicidad del ser humano.
Otra peculiaridad de la interpretación de las imágenes que podemos mencionar es que, debido a la educación recibida y a la convivencia con el objeto libro desde nuestra infancia, relacionamos de forma inmediata el texto que leemos con la imagen que lo acompaña, aún cuando esté dispuesta al azar.
Si miramos un libro escrito en un idioma desconocido, pero ricamente ilustrado, observando las imágenes podremos deducir aquello que aparentemente quiere comunicar, sin plantearnos, ni siquiera, la posible conexión -o no- que pudiera existir entre la palabra y la imagen.
Así pues, de forma inmediata relacionamos cualquier forma con algo asimilable, en este caso, relacionaríamos el texto desconocido con la imagen conocida. En la actualidad, dada la gran cantidad de imágenes que vemos a diario, la educación visual que tenemos ha llegado a tal punto de sobresaturación que permite, por ejemplo en los álbumes ilustrados, la reducción del texto a su mínima expresión.
Hoy en día es muy común encontrar libros que narran una historia solamente a través de imágenes, lo cual no sería posible sin la cultura visual con la que contamos. Cuando hablamos del objeto libro, en nuestro contexto habitual, lo hacemos como un elemento común sobre el que no hay ninguna en cuanto a su uso y función se refiere.
En este proyecto, sin embargo, nos gustaría trabajar con ese objeto libro. Sin pretender que se despoje de su esencia, perseguimos la posibilidad de plantear un libro que no esté hecho para leer.
Así, nos encontraremos con los conceptos del libro de artista, libro objeto, etc. y nuestras intenciones van enfocadas a explorar sus posibilidades, sin ceñirnos a demasiados dictámenes, relacionados con la función propia de estos peculiares elementos de papel.
De tal modo, procuraremos aliarnos con la experimentación formal y técnica, con la generación de imágenes de forma aleatoria, fruto del azar o bien de la emoción perteneciente a un instante concreto.
El interés de vincular el arte, en este caso concreto hablaríamos de grabado o estampación, con un objeto de uso diario y archiconocido como lo es el libro, persigue, en el fondo, conseguir un acercamiento entre la creación artística y un público común.
¿Qué ocurre cuando cogemos un libro? Quizá no tengamos interés en su lectura, puede que no entendamos siquiera el título, pero, de forma mecánica, lo observamos, lo sopesamos y, sobre todo, lo abrimos.
Hojearlo sin orden o empezar por el final son reacciones comunes. Ojearlo. . . después, pero ¿y si no tiene texto?, ¿estaríamos dispuestos a inventarlo?La serigrafía es la técnica principal elegida para este proyecto, pero ¿qué aportaciones obtenemos con la presentación de esta tipología de producto en un libro de artista? La serigrafía es una técnica muy utilizada para reproducir obra gráfica pero no tanto para la producción de obra original.
A través de la experimentación con distintas aplicaciones de la emulsión, del dibujo directo, del trabajo con pantalla abierta o con distintos elementos de bloqueo de pantalla, queremos adentrarnos en el complejo lenguaje de la serigrafía para la indagación y la creación de obra propia.
Partiendo de ello, ¿cómo convive, técnica y estéticamente, la serigrafía con otras técnicas gráfico plásticas? ¿qué posibilidades tiene?La versatilidad de la serigrafía nos ofrece rápidos cambios de color, permite la repetición, la superposición y alterna a la perfección con las peculiares características de otras técnicas, como el relieve del grabado o la ligereza de una transferencia.
Por otro lado, ¿es el libro de artista un soporte adecuado? Nuestro deseo es crear un objeto de valor artístico que, al vincularlo físicamente, por su apariencia y estructura, con un objeto de uso cotidiano como lo es el libro, provoque un acercamiento e incite a una actitud más receptiva por parte del usuario, al encontrar cierta familiaridad en él.
En definitiva, se trataría de una especie de ejercicio experimental enmarcado en un formato conocido. Como resultado final se obtienen 8 libros de artista con la posibilidad de visualizarlos como objeto o como libro.
Así pues, podemos observar la obra desde todos los ángulos y permite iniciar el recorrido desde el punto de vista que el espectador escoja. De este modo, cada individuo hará una interpretación única.
El espectador genera su discurso al relacionarse con la obra, produciéndose así una comunicación que creemos necesaria entre observador y obra. Una de las características propias de la serigrafía es la posibilidad de transferir una importante carga matérica, cualidad que hace que la serigrafía se distinga de otros tipos de impresión.
Debido a nuestro interés por esta singularidad, desde un principio se barajan hilaturas muy bajas y, mallas abiertas, para potenciar ese carácter más matérico que nos brinda y que, creemos, encaja con nuestros propósitos de alejarnos de las particularidades propias de la reproducción serigráfica en serie.
Se sabe de antemano, y se asume como un carácter propio de la técnica en esta vertiente, que el empleo de la técnica con las premisas que proponemos ofrece una definición más tosca, además de registrar la textura, trama y urdimbre, del tejido, lo cual consideramos un valor expresivo.
Uno de los objetivos del trabajo es experimentar la relación de la serigrafía con otras técnicas gráfico-plásticas. Se trata de elaborar imágenes diferentes mediante la aplicación de una técnica aditiva sobre 7 de las 8 reproducciones preliminares monocromas realizadas.
Las técnicas elegidas para combinar son: serigrafía, grabado, lavado, tipografía, collage, estarcido o tampografía y transferencias. Técnicas sencillas que nos ayudarán a relacionar las imágenes que retiene nuestra memoria, son 7 lenguajes distintos , 7 miradas sobre una misma estampación que vincula palabras con formas.
Resultan determinantes los componentes casuales, pequeños descubrimientos que enriquecen el resultado. El azar forma parte de la creación, pudiendo ser los resultados creativos previsibles o no.
Se pretende, por tanto, combinar imágenes para promover la sensibilidad, para que podamos vincularlas con formas reconocibles de nuestra retentiva y bagaje social, cultural y personal.
