Un edificio de 1920 en el centro de Santander acoge Mistura, un punto de encuentro de diferentes generaciones y culturas, con espacios versátiles, cuyos usos preferentes son una galería de arte, una cafetería y una librería.
Con acceso directo desde dos calles, el espacio era ocupado anteriormente por dos locales comerciales y un garaje. Los accesos, uno de ellos orientado a norte y en una calle comercial con gran crecimiento en los últimos años, y el segundo, sin embargo, se orienta a sur en una calle secundaria, tranquila y sin apenas tránsito de peatones ni vehículos.
Se pretende dotar de una nueva vida a esta segunda calle, para ello se utiliza la pendiente existente del pavimento, que desciende dirección norte-sur. El espacio se reconvierte al nuevo uso en un interesante diálogo entre la intervención contemporánea con instalaciones vistas y formas orgánicas y la rehabilitación arqueológica de lo existente, devolviendo los pilares de fundición originales y recuperando la forma inicial de los huecos de fachada.
El punto de partida fue lograr ordenar las circulaciones para resolver un programa amplio en una estructura fuertemente ortogonal. Para ello se han creado diferentes ambientes que a la vez que permite la utilización de dichos espacios de manera individual para cada uso del programa, no se impide la continuidad espacial y visual.
La mayor peculiaridad del local escogido son dos lucernarios de grandes dimensiones, siendo importante destacar la relación entre lo existente entre el techo y los acontecimientos que se producen en los planos horizontales, siendo la luz uno de los elementos más importantes del diseño.
Para abrir el espacio a la cuidad, las carpinterías de la fachada sur se retranquean hasta la primera línea de pilares creando una galería que potencia la continuidad del local y de la calle prolongando el ámbito público hacia el interior.
El nuevo espacio se organiza en torno a una planta baja diáfana de la que emergen unos núcleos exentos que favorecen el dinamismo, permiten fluir de una zona a otra con una circulación amable, son espacios que acogen e invitan a quedarse.
Estos núcleos funcionan como zonas de servicio, como cafetería o mostrador de la librería, o lugares de asiento para tomar un café, reunirse con amigos, trabajar o simplemente leer.
Pasarelas metálicas de apariencia ligera del cuelgan del forjado y ayudan a utilizar y componer el frente de librerías. Mistura es sin duda un nuevo concepto de espacio comercial, que cómo indica su nombre en portugués, se trata de una mezcla de espacios, usos y usuarios.
