Este proyecto narra la historia de Olympia, una muñeca que enamora a un hombre hasta ser brutalmente destruída, muestra la relación entre el objeto de deseo, la persona que lo desea y como los dos se reflejan el uno al otro.
La colección juega con lo expuesto y lo oculto, utilizando la cuerda como símbolo de la estructura interna, utilizándola en nervios como técnica de corsetería, y mostrándola atando rellenos por debajo de tul de seda. Lo oculto comienza poco a poco a salir a la superficie, representado por volúmenes que comienzan como estructuras internas para progresivamente ser expuestos a través de la transparencia. Los contrastes entre las prendas ceñidas y los volúmenes muestran una evolución, de lo familiar a lo desconocido, de lo reprimido a lo libremente expresado.
Los tonos ocres y amarillos funcionan como hilo conector de la colección, utilizados en tafetán y cuero de cabra y vacuno, crean un punto de atención visual que denota inocencia e infantilidad que ha sido ligeramente endurecida y envejecida.