Vivimos en un mundo cada vez más complejo y en el que es necesario potenciar nuestra imaginación. Cuando éramos pequeños nuestro pensamiento divergente nos hacía vivir mil historias creativas: las que nuestra mente creaba.
Jugábamos a estar en un mundo que era tan nuestro, tal real. A través de ello obteníamos conocimiento y creatividad para enfrentarnos a nuestro “aburrido” mundo real. Al dejarme llevar por la niña que llevo dentro surgió Sandizú, un mundo lleno de coloridos personajes y sus respectivos hábitats.
En este proyecto presento una realidad surgida de mis sueños e imaginación. Sandizú es infinito y está en continuo crecimiento. Las ilustraciones que muestro son la representación de algunos de los dioses de Sandizú y sus respectivos reinos.