Una bodega productora de vinos ecológicos decide lanzar una nueva referencia para un vino potente, recogido a mano, de sus vides más antiguas, de más de 50 años. De ahí nace Storm, un vino procedente de unas cepas que han perdurado en el tiempo en pleno contacto con los elementos, conservando en sus raíces la memoria del viento, la lluvia y la nieve.
Un vino tan fuerte como las cepas de las que procede. El resultado es un packaging que pretende transmitir la fuerza de los elementos sobre la naturaleza:La botella, inspirada en una gota de agua, se trata de una botella de 75cl de vidrio bastante estilizada, con el hombro cóncavo y cuerpo cilíndrico, cuya base termina en una altura doble.
El vidrio, coloreado en color canela oscuro, cercano al negro, contrasta con la transparencia del doble alto, de vidrio esmerilado, dándole a la botella una apariencia “flotante”.
El cuerpo de la botella cuenta con el nombre de la marca grabado en relieve repetidas veces, de tal manera que continúa en la etiqueta. Ésta cuenta con la misma repetición impresa con stamping color cobre para enfatizar el concepto de marca y facilitar que se quede grabado en la mente del consumidor.
Esta misma repetición se utiliza también para resaltar que es ecológico. Las formas y colores se fusionan junto al logo de la marca (inspirado también en una gota de agua), buscando una composición dinámica que evoque la unión de los elementos de la naturaleza.
La botella está rematada por una cápsula a la que también se le aplica un stamping color cobre. En resumen, un vino que representa la fuerza de los elementos intentando no perder de vista la fuerza y la innovación de que supone su creación.