Este trabajo conecta la obra Le Fils de l´Homme de Magritte con el Fotopoemario de C. Madoz y J. Brossa a través del diseño de una portada para dicho libro. Se trata de un género literario en la frontera entre la imagen y la palabra.
Desde la palabra Brossa y desde la imagen Madoz demuestran que, si bien una imagen puede valer más que mil palabras, un poema a su vez puede ofrecernos una gran imagen. La conexión de dicho libro con la obra elegida es el surrealismo común en los tres autores.
En una entrevista a Magritte tras haber pintado este cuadro refiere que todo lo que estamos viendo esconde otra cosa, nosotros siempre queremos ver lo que está escondido por lo que vemos.
Madoz influenciado por el surrealismo y la poesía visual juega con las percepciones de quién observa sus imágenes indagando más allá de la realidad. Brossa por su parte ocupó una posición distintiva ante el surrealismo de Dau al Set describiendo que sus versos, como una partitura, no son más que un conjunto de signos por descifrar siendo el lector del poema el ejecutante.
En la construcción de la portada tomé el bloque de texto de un poema de Brossa que a modo de espejo cae reflejándose sobre la imagen sintetizada de Le Fils de l´Homme evocado con el bombín presente en una de las fotografías de Madoz.
Texto e imagen alterando la percepción preconcebida de la realidad de un espejo.