Relato escrito por Grassa Toro e ilustrado por Ana Yael. La acción sucede en 1990, justo después de caer el muro de Berlín, en un pueblecito francés pegado al Pirineo. La protagonizan un periódico, Le Grand Midi, y una sección que invita a los lectores a compartir deseos.
Esa sección se convierte en una maravillosa plaza pública y dispara la circulación de Le Gran Midi por unos meses, antes de que se diluya en el océano digital. Todos los deseos del mundo habla además de la importancia que hemos concedido siempre al texto cuidado y de su propuesta a la hora trabajar con empresas e instituciones: la buena comunicación no es nunca centrípeta sino centrífuga, huye del punto de vista egocéntrico, no debe ser autorreferencial ni previsible.