Torre Flor

Juan Ignacio Mera González

El proyecto es un edificio en altura de doce plantas, con un total de cincuenta y una viviendas, con trasteros, plazas de garaje y una zona comunitaria con piscina. Se emplaza en la Dehesa de la Villa, uno de los espacios verdes más grandes de Madrid.

El emplazamiento tiene la particularidad de estar en un alto, un lugar con vistas rodeado de naturaleza. Es por esto que el edificio se convierte en una torre consciente de su ubicación y del hecho que los edificios de mayor responsabilidad son los que interfieren en la silueta de la ciudad.

El edificio nace de una iniciativa cooperativa, un proceso conjunto de creación que busca mejorar la vida de quien lo habite y hace partícipe a los cooperativistas en el proceso de creación.

Las viviendas se adaptan a las necesidades particulares de cada propietario a la vez que busca la armonía en el conjunto. Bebe de la arquitectura tradicional pero no se queda atrás con las nuevas tecnologías y los avances que permiten una arquitectura adaptada a su tiempo buscando el máximo confort y el mínimo consumo energético. La Torre Flor se define por 12 puntos esenciales:



1. LA PLANTA. El edificio tiene una planta en cruz que se forma mediante un núcleo central y cuatro salientes. De esa forma, se consigue tener casas con tres orientaciones.

El proyecto ha seguido principios fundamentales que están en la naturaleza. Una planta o una flor toman el sol por todas sus caras, por eso son simétricas en cuatro direcciones, este edificio también lo es. De ahí, su nombre.

2. EL VIENTO. ¿Cuando hay una tormenta, cómo se vive a 45 metros del suelo? Es vital aprender de los árboles. Y es en esto en lo que se basa el edificio y su estructura: un núcleo central donde pivota, formado por 18.000 kg de acero en la armadura de la zapata y 220 toneladas de hormigón. Unos forjados dotados de condición reticular de hormigón que cumplen con el orden conglomerado. El reto es conseguir una gran fortaleza y la ligereza de un boxeador.

Evitar que pese, pero huir de la fragilidad. En altura, los pilares metálicos del perímetro se van adelgazando para no consumir más materia de la necesaria. Además, se dividen en tres para que pasen el aire y la luz, y con menor masa adquieran mayor resistencia.

3. LAS ORIENTACIONES. Las cuatro orientaciones son beneficiosas en un lugar como este, ya sea por las vistas o por la luz. El proyecto busca aprovecharse de esto mediante viviendas con tres fachadas y grandes ventanales protegidos mediante aleros y toldos cuando son necesarios.

4. EL VÉRTIGO. En Torre Flor todo está pensado para dar seguridad. Los petos y las ventanas elevan sus montantes horizontales, pero se acristalan por debajo, y, gracias a los aleros, la vivienda se amplía visualmente y enmarca el paisaje.

5. LAS COMUNICACIONES VERTICALES. Dos grandes ascensores pensados para dar espacio, para que podamos subir montados en una bicicleta. Y las escaleras, también dos, elementos vitales para evacuaciones seguras.

6. LA SILUETA. Un vecino le dice a otro:“¡Buenos días! Quería preguntarle, ¿De qué color le gustaría a usted que pintase mi fachada?”El hombre asombrado le contesta:“Oiga, muchas gracias, pero la casa es suya.

”Sin embargo, recibe la siguiente contestación:“Sí, es mía, pero quién la va a ver es usted. ”Este es el sentido del enorme efecto que producen las construcciones en altura y por ello el remate, su final y su alzado debe ser lo más exquisitos posible.

Se trata simplemente, de una necesaria cortesía con sus vecinos. 7. LA ENERGÍA. El terreno permitía utilizar geotermia, una energía que aprovecha la diferencia de temperatura cuando el agua es transportada a 150 metros bajo tierra.

Se consigue así un edificio que se adapta a las nuevas exigencias de bajo consumo y alto rendimiento. 8. LA PIEL. Su diseño estructural define su acabado exterior: un edificio en hormigón blanco que se muestra tal y como es, sin necesidad de maquillaje.

Además, no requiere mantenimiento. Una vez acabada la estructura casi hemos acabado el edificio. 9. LOS ALEROS. El alero nos protege de la lluvia, protege las carpinterías, cuida de las fachadas y permite los vidrios enrasados en la cara exterior haciendo crecer las casas.

Nos protege del sol y del vértigo, pero también ofrece privacidad hacia abajo y amortigua el ruido. Pero, lo más importante, el alero permite su construcción evitando andamios: ahorrando dinero y, sobre todo, enormes peligros.

10. LA CERÁMICA. Cualquier obra de arquitectura que se precie de la historia ha contado con la decoración aplicada, que le da la posibilidad de estar acompañada. Por ello, incorporamos la cerámica como bienvenida a la casa.

11. EL CONFORT. Se proyectan viviendas climatizadas mediante suelo radiante/refrescante impulsado por geotermia y bombas de calor que, además sirven para calentar el agua sanitaria.

No solo desde la perspectiva de habitabilidad arquitectónica, sino también del bienestar termo/higrométrico, aplicando con rigor todas las medidas dirigidas al confort de sus habitantes, el ahorro energético y la protección del medio ambiente.

Esto, junto con su gran aislamiento y las carpinterías de vidrios dobles y gas argón, conseguimos un sistema muy inercial de confort y bienestar térmico. 12. LA NOCHE. Vivir en la trasparencia significa habitar mirando el paisaje, pero también permite que las lámparas de la ciudad sean las de las viviendas.

A esto es a lo que aspira nuestra torre.

Doctor Arquitecto. Profesor de Proyectos de la ETSAM desde 1991 a 2010, año en que pasó a ser Profesor contratado Doctor de Proyectos de la Escuela de Arquitectura de Toledo y actualmente es Director de la misma. En 1993 fundó el actual Estudio de Arquitectura MH10, un estudio multidisciplinar que combina Arquitectura, Diseño y Arte www.estudiomh10.com. …

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