El día 26 de diciembre del año 2018 comienzo mi viaje desde la ciudad de Zaragoza hacia la comarca del Jiloca. Decido realizar el camino a través de la vieja carretera N330, evitando la nueva Autovía A23 pensada para comunicar a las grandes urbes.
El proyecto fotográfico es una radiografía de la situación de los pueblos que no han sido bendecidos con esta nueva conexión. Así nos encontramos con núcleos rurales deshabitados y dormidos, gasolineras que ya no tienen fuel y vías de tren que son surcos de tierra.
Paisajes habitados y pueblos al borde del abismo.