La palabra altzo significa regazo y es la identidad verbal seleccionada para esta cuna versátil. Inspirada en las raíces vascas del producto, la ideación de esta pieza se sustenta sobre los atributos de dos elementos autóctonos.
El roble: especie nativa protagonista de diversos símbolos propios tales como el ancestral Árbol de Guernica, el escudo de Vizcaya o la imagen gráfica de su Diputación Foral.
La tipografía vasca: la estructura en forma de “A” se inspira en los rasgos identitarios del alfabeto euskera. El grafema “A” alza la voz y toma el protagonismo mayúsculo de la inicial, siendo su forma el reflejo de la estructura triangular, parte más característica de la anatomía del objeto.
Es además la primera letra del abecedario y por tanto se vincula al alfa: el origen, el inicio, el comienzo… Esta asociación de ideas se conecta con el nacimiento de la vida.
Las aristas redondeadas desprenden cercanía y empatía y se asocian con el público infantil. Se aplica un acabado superficial natural no tóxico consistente en aceite protector.
El fieltro de alta densidad a base de lana para el cestillo, define un espacio que protege y acoge en su regazo al bebé. Con el propósito de alargar la vida útil de este producto, Altzo se convierte en bancada mecedora al retirar el cestillo. Además, invirtiendo el patín se consigue un asiento estable y sin balanceo.
El código cromático discreto y equilibrado, unido a la estética atemporal, facilita la integración de este producto en diversos espacios y diferente público objetivo.