Las maravillosas ciudades centroeuropeas y sus torres del reloj me han servido de inspiración para diseñar este escaparate de invierno para joyería MDM. El toque fantástico lo han puesto un cochecito volador y un par de teleféricos que conectan los edificios.
Todo ello se ha diseñado para contar una historia a través de dos mecanos. Ellos se encargan de que cada engranaje y objeto esté a punto para que luzcan las joyas y relojes en una vitrina que ocupa tres metros de largo.
Es un mundo fantástico que invita a recrearnos en cada detalle, especialmente en las bellísimas piezas de MDM que se integran perfectamente en el diseño, como si de un engranaje más se tratara.
Pero también es un escaparate que invita ¿por qué no? a imaginarnos nuestra propia historia al sumergimos en este pequeño mundo en miniatura, que casi cobra vida al atardecer cuando las ventanas de las casas se iluminan.
Todas las piezas están realizadas artesanalmente en papel.