“Designcoop”, espacio para estudiantes de diseño donde desarrollar sus proyectos académicos mediante el trabajo cooperativo. Creado a partir contenedores marítimos que facilitan su expansión por el resto de ciudades, debido a su rápido montaje y transporte.
Este condicionante le da carácter al proyecto, con el que se juega a la hora de la creación del espacio, mediante módulos individuales con un uso concreto que se combinan entre sí en un espacio común, distribuidos a favor de la iluminación natural; pero a la vez permitiendo que el proyecto se adapte a la necesidades del espacio y el uso, ampliando o suprimiendo módulos.
Diseño que apuesta por enfatizar el aspecto industrial, donde destacan las líneas rectas que marcan los volúmenes arquitectónicos de cada contenedor. La línea recta representa el orden, la disciplina, la seguridad, marca el camino a seguir, y en este caso representa ese carácter potente y rompedor que pueden tener los diseñadores, donde el aprender de los errores les hacen crecer personalmente y profesionalmente cada día.
Además destaca el hecho de utilizar dos contenedores en altura, debido a temas normativos, que se aprovecha para colocar las instalaciones de forma vista, consiguiendo a la vez que sea un espacio de aprendizaje para los estudiantes.
Se crean espacios de trabajo individual y grupal, donde la colaboración entre compañeros es un carácter fundamental para el diseño funcional. Además se plantea un área de workcoffee, y centro de ideas, donde los estudiantes podrán debatir sobre sus propios proyectos, mejorando sus competencias.
Destaca el metal como material principal del proyecto y el cemento está presente en el pavimento, añadiendo el estilo urbano por el que también se apuesta. Además una de las características principales del proyecto es la reutilización de la chapa ondulado que se extrae para la creación del espacio interior, creando con ella el mobiliario que caracteriza a las zonas de trabajo, donde se piensa en las diferentes formas de trabajo de los estudiantes, consiguiendo módulos individuales que los puede combinar el estudiante según su necesidad, y creando tipologías concretas de mobiliario en la zona de trabajo individual.
¿Cómo surge la idea? ¿Alguien ha tenido alguna vez una frustración interna? A mí me ha pasado durante la carrera. Personalmente nunca encontraba el lugar perfecto para trabajar, aquel que me motivará, inspirará y aquel que me diera la oportunidad de exprimir al máximo los proyectos.
Este espacio de trabajo, hasta ahora se ha suplido con bibliotecas, donde el hecho de hablar y por tanto compartir conocimientos con otros estudiantes queda descartado. Además están las cafeterías, que aunque personalmente son espacio con ambientes que me motivan para según que fases de los proyectos, no están adaptados para el trabajo.
Y además las escuelas de diseño ofrecen aulas donde trabajar durante el día, con el inconveniente, de que al haber pasado las horas lectivas en ese mismo espacio, no motiva el volver a quedarse ahí.
Por todo ello se opta por este espacio creativo, donde destaca el diseño cooperativo, carácter que le da nombre al proyecto. Un espacio donde crear, aprender, equivocarse y buscar la mejor solución a los problemas.
Mediante el diseño cooperativo, es decir, poder compartir conocimientos, experiencia con otros diseñadores, conociendo nuevos compañeros, donde se puedan crear futura colaboraciones, al mismo tiempo que se fortalece el trabajo personal de cada estudiante.
Para finalizar voy a citar una frase de Philippe Starck, que está relacionada con toda la idea y motivación del proyecto; dedicada a todos nosotros, como jóvenes diseñadores: “Nadie está obligado a ser un genio, pero todo el mundo está obligado a participar”
