WHANAU

Joel Mentxaka Rivero

El proyecto, situado en la calle San Francisco de Bilbao, busca crear un espacio de relación e integración de los habitantes del barrio en su propio entorno. Para ello, se plantea un espacio donde sentirse acogido y del que formar parte.

Para esto, se utiliza la comida, que además de dar respuesta a la necesidad alimentaria que existe dentro de parte de los usuarios, crea redes en su proceso de elaboración. Junto a esto, se buscan otro tipo de talleres para crear esas redes.

Además se visibiliza y conciencia al entorno de la situación de estas personas y se fomenta la interculturalidad que existe en este colectivo. Whanau en maorí significa familia sin lazos de sangre, aquella que eliges por voluntad propia, y esta idea es la que se quiere generar en el proyecto.

Para todo esto, el local se inspira directamente en una época ancestral donde la diferencia de razas y clases sociales no era tan clara como actualmente. Donde la vida se hacía en comunidad y se convivía en entornos naturales, cuevas o directamente al aire libre.

Por ello, el proyecto busca un aspecto natural mediante materiales ecológicos y formas onduladas, que se dan desde su propia distribución, evitando aristas pronunciadas y dando prioridad a la curva.

Para ello, se plantea un espacio central de convivencia donde la comida es la protagonista, de igual manera que lo era en el pasado cuando las reuniones se hacían alrededor del fuego y la comida que allí se consumía.

Alrededor de dicho espacio abierto, se distribuyen estancias más pequeñas y cerradas en contraste con la central, donde se llevan a cabo los talleres y charlas del local. Dichas estancias están inspiradas directamente en las cuevas, llevando la forma más simplificada de estas a su diseño.

Esa forma recreada mediante la curvatura de los techos busca envolver al usuario para que pueda sentirse acogido dentro de ellas y envuelto por una atmósfera natural acogedora del proyecto.

Para construir este local se sigue mantiene el sentido social, buscando que sea lo más respetuoso posible con el medio ambiente. Para ello, se utilizan materiales en su mayoría ecológicos o reutilizables.

La construcción de los tabiques se hace con armazón de maderas reutilizadas o FSC (aquellas que se consumen de manera sostenible) y placas de arcilla que sustituyen a las de pladur.

Estas están formadas por arcilla, arena, paja y malla de yute en cada una de las caras para dar mayor rigidez, consiguiendo una pieza de materias primas naturales sin aditivos.

Finalmente el acabado de suelos y techos es el llamado Tadelakt, compuesto en gran parte por cal hidráulica, arena y arcillas. Este es un material tradicional de marruecos que proporciona, al igual que los anteriores materiales, un acabado natural y con el menor impacto ecológico posible.

Desde un pueblo cercano a Bilbao, comenzó imaginando historias y formas de vivir los espacios. Desde el voluntariado en el tiempo libre vio como cada persona y cada colectivo siente de una manera distinta y tuvo la necesidad de intentar mejorar cada situación de estos mediante sus creaciones.

Con el tiempo se formó en Idarte para aprender a hacer eso mismo de manera profesional y continua formándose para poder hacerlo cada día mejor.

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