Soy Isabel Armendáriz Jáuregui, tengo 20 años. Soy de Pamplona, Navarra y estudio el Grado en Diseño en la Universidad de Navarra. Este curso 21/22 cursaré tercer año del grado. Desde siempre he estado muy vinculada con el mundo del arte.
Mi padre ha sido mi mayor referente, estudió arquitectura y desde siempre ha tenido como hobby la pintura. Siempre que he podido le he acompañado a concursos de pintura e incluso he pintado con él.
Mi madre por otro lado es una apasionada del interiorismo y del diseño en general. Por último, mi hermano me ha acercado mucho al mundo de la música. En bachiller decidí cambiarme de centro de estudios ya que me decanté por el bachillerato artístico de artes aplicadas y diseño.
Lo cursé en la Escuela de Artes de Pamplona y durante esos dos años tuve un gran aprendizaje artístico. Me formé en diferentes técnicas plásticas, así como en historia del arte y en diseño.
También maduré mucho personalmente y aprendí a trabajar en diversidad. Tras dos años de carrera, creo firmemente que he acertado en la elección de mis estudios. El aprendizaje en tan solo dos años ha sido muy extenso.
He aprendido a aplicar mi creatividad, a investigar, a plasmar mis pensamientos con coherencia y profesionalidad. Además, me ha brindado la posibilidad de trabajar en muchos campos diferentes del diseño como son: la tipografía, el color, el diseño conceptual, el diseño de estampados, de packaging, proyectos de upcycling, diseño de moda, de servicios y de producto.
Esta versatilidad es la que quiero que me caracterice como diseñadora. En el tercer curso me especializaré en diseño de moda y de marzo a julio (2022) me iré de intercambio a estudiar diseño de moda al Politécnico de Milano.
Normalmente me describo a través de tres símbolos: el número cuatro, el signo de Capricornio y con una hormiga. El número cuatro representa la estabilidad, el equilibrio y lo real.
El signo de Capricornio es mi signo del zodiaco y representa a personas realistas, objetivas y trabajadoras. Por último, la hormiga. Desde los cinco hasta los dieciséis años he bailado danza clásica y este arte me ha enseñado la disciplina, el sacrificio y la constancia.
Alguna de mis profesoras me ha comparado con este insecto ya que es pequeño, discreto, trabajador sin descanso y en silencio, pero siempre dando resultados. Así es como me gusta trabajar y lo que me representa tanto profesional, como personalmente.
He descubierto que el camino del diseño es el mío.
