Las secuoyas son unos de los árboles más longevos que existen. Pueden llegar a durar entre 1. 200 y 1. 800 años, para nosotros un símbolo de la memoria que perdurará de las personas que descansen en el cementerio.
Lo que desconoce mucha gente es que son árboles que trabajan en equipo y forman una comunidad ejemplar, ya que, sorprendentemente la profundidad de sus raíces es más inferior de lo esperado (siendo árboles tan altos), por lo tanto, si una secuoya se pone enferma y precisa savia por algún motivo, los árboles más cercanos le proveen, razón por la cual, solo pueden crecer y desarrollarse bien en grupo.
Ofrecemos un lugar de descanso final a nuestros seres queridos, familiares y amigos rodeado de naturaleza. La inspiración de este proyecto, surge a través de la Fundación Santa María de Toraya dedicada a la conservación y restauración del Arte y Patrimonio.
Los beneficios obtenidos de la venta de espacios en el cementerio, serán transformados en donaciones que ayuden a financiar proyectos de conservación y restauración. Al igual que las secuoyas, el cementerio se convierte en otra forma de generar savia para su comunidad, ya que, como fin último la Fundación SMT pretende generar cultura y no negocio.
De esta forma también inspiraremos a nuestros hijos y nietos, con un adiós que forme parte de algo más grande que nosotros mismos y que ayude a conservar el legado que otros nos dejaron.