Quienes vivimos en la ciudad y en específico en Madrid, no estamos acostumbrados a fijarnos por dónde vamos porque la mayoría de veces vamos con el piloto automático. Pero es coger la cámara y sentir que todo puede ser fotografiable y los objetos y personas adaptan nuevas formas.
Es un ejercicio que se lo recomiendo a todo el mundo, caminar por sitios que ya habías caminado y fijarte en todo lo que te rodea. Es cierto que da vergüenza la primera vez, pero no es necesario ni que lleves contigo una cámara de fotos.
¿Cuántas veces vamos pendientes del móvil y no vemos lo que nos rodea? Es difícil estar pendiente de todo, pero una canción y un paseo te pueden descubrir detalles que no habías visto antes.
Madrid es una ciudad que no descansa, y este ritmo frenético es el que nos impide relajarnos en nuestro día a día. Pero con la fotografía es posible parar el tiempo y simplemente mirar alrededor.
Es cierto que el único factor en común de estas tres imágenes es que están tomadas en la calle, donde todo ocurre. La fotografía de los vaqueros es interesante porque se pueden ver todos los tonos de vaqueros que hay.
Hasta entonces no era consciente de todos los colores que existen. Las otras dos son simplemente instantes que surgieron y creí que era buen momento para apretar el botón de la cámara.
