Cuando pensamos en una silla de madera maciza con reposabrazos las referencias que de entrada nos vienen a todos a la cabeza son piezas de cierta robustez y de apariencia recia y pesada.
A partir de esta imagen mental establecemos como principal objetivo aligerar al máximo la estructura sin comprometer su resistencia, prestando especial atención a los siempre delicados puntos de unión.
Otra obligación a cumplir era la de poder ser producida mediante técnicas de fabricación de baja tecnología, con el objetivo de que pudiera ser fabricada en cualquier pequeña carpintería.
Minia está producida a partir de piezas planas de espesor constante que se van orientando en cada punto en la dirección de los esfuerzos. Esta fórmula nos permite conjugar las mejores condiciones de resistencia y la ligereza derivada de la reducción del material.
En este sentido la madera de cedro por su estabilidad y baja densidad contribuye a acentuar estas cualidades. Las superficies de asiento y respaldo se componen de un tablero contrachapado curvado acolchado y recubierto por un textil.
Ambos son independientes de la estructura para poder ofrecer distintos acabadosCréditos fotos_ Roi Alonso