El heladero que crea estos sorbetes tiene una forma de trabajar muy artesanal. Sus productos y creaciones están pensados para personas que valoran el uso de materias primas locales. Por eso suele decir que sus clientes son como una tribu que valora el trabajo local.
De ahí surge el concepto de este proyecto. ¿Cuál es el objeto que identifica a una tribu? Los tótems. Partiendo de esta base, se crearon una serie de tótems que ilustran los ingredientes de cada sorbete a través de una ilustración en 3D.
Los gráficos hacen uso del sistema de cajas propuesto, y disponen la información en ellas de forma ordenada y jerárquica.
Tanto la cara del producto como la información nutricional están dispuestas a la misma altura para crear una sensación de simetría y dar equilibrio al envase. Esta simetría se hace más evidente cuando, en el eje de la botella, se colocan las ilustraciones de los tótems simétricamente perfectos.
Para crear los envases de los sorbetes, se partió de una botella de PET muy alta, esbelta y cilíndrica, inspirada en los tótems, cuyos hombros y talones son muy redondeados para dar la sensación de un tarro de conserva.