El briefing de este proyecto pretendía hacer un hueco a la hidromiel en el mercado. La hidromiel es conocido como la bebida de los dioses. En este caso, la idea era prescindir de esta idea y elevar el hidromiel a otro nivel. Por ello, el concepto se basa en la idea: "No soy la bebida de los dioses, soy el dios de las bebidas".
Así, a través de la influencia estética de las 'custodias' cristianas, halos y simbolismos que acompañan la representación de la virgen en la religión cristiana, se creó una gráfica basada en formas geométricas que se disponen concéntricamente alrededor de la información.
Las latas contienen hidromiel de cereza y son de aluminio por su reciclabilidad y modernidad. La botella, por el contrario contiene una hidromiel más lujosa elaborada con milflores y es de cerámica. Su forma se inspira en la representación de la virgen en las procesiones de Semana Santa, donde, gracias a su vestimenta, adquiere una forma cónica.
Además, para reforzar aún más este concepto y darle mayor importancia, la botella va acompañada de una base de madera que sirve para sostenerla y apoyarla.
Para dar color al envase, se propone un envase agrupador de tres latas, donde el soporte rosa da color a la variedad. Para la botella, se propone un canister morado de regalo.