Inna, la ciudad de la cúpula dorada (la ciudad y el agua)

Carlos Casas Rico

El relato: La ciudad de Inna está cubierta de una gran cúpula invertida dorada que le da una luz especial; proyecta un brillo intenso y único y alegra la vida de sus habitantes y de los viajeros que la visitan.

Sus vecinos no saben que esa bella cúpula fue colocada para protegerles de la lluvia. El agua se acumula en su parte cóncava y, con el paso de los años, cuando está llena a rebosar, el peso la gira y derrama de golpe, con toda su fuerza, la ingente cantidad de lluvia acumulada a lo largo del tiempo.

Es una acción cíclica que aúna pasado, presente y futuro. En Inna, hay veces que la lluvia tarda en caer incluso años, pero siempre vuelve, provocando catastróficos daños en todo lo que sus habitantes han construido, inspirados por esa alegría que les da el reflejo de su cúpula dorada.

Aunque muy intenso, es poco el tiempo que este fenómeno dura hasta que la protectora cúpula vuelve a girar para proyectar la representativa luz de la ciudad. Sin embargo, en las calles y en sus gentes, en una relación entre el tiempo, el espacio y los acontecimientos del pasado, todavía permanece el recuerdo de aquel gran torrente, difícil de entender para los que nunca lo vivieron e imposible de olvidar para aquellos que la sufrieron.

Características de la pieza: - Tipología: Broche- Materiales: Latón galvanizado en oro, óxido y acero- Técnicas: Segueteado, remachado, soldadura, engastado en garras ygalvanizado.

- Dimensiones en milímetros (alto X ancho X grueso): 113x 83x 66 mm. Descripción del proyecto: Tratamos de entender la “vida” de las urbes observando sus infraestructuras, desarrollo y planos, pero también analizando el día a día de sus habitantes y los detalles que le otorgan su propia identidad.

“La ciudad y el agua” relaciona la joyería con la literatura mediante la creación de una serie de 5 broches basados en 5 relatos de autoría propia, inspirados en estilo prosístico del libro de Ítalo Calvino, Las Ciudades Invisibles.

La serie interpreta la vinculación de mi ciudad, València, con el agua. Para el diseño y ejecución de las joyas se han utilizado materiales alternativos, metales nobles y estructuras y formas que reflejan los conceptos y evocaciones presentes en los relatos.

Estudio histórico: La ciudad de Inna (nombre ruso que significa torrente de agua) pretende reflejar uno de los aspectos que, posiblemente, más identidad le dan a València: su climatología.

València presenta un cielo despejado la mayor parte del año y una temperatura media anual de 17. 8ºC, lo que la convierte en una de las capitales europeas más cálidas. Numerosos estudios científicos recogen que la luz del sol activa la serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, y nos aleja del estrés, la depresión y el cansancio, haciendo más fácil encontrar el lado positivo de la vida.

Pero, además de la cantidad de luz, también es importante la calidad. Y es que, como dijo Javier Mariscal en la presentación de su exposición La Luz de Valencia, en noviembre de 2018, “quizás es porque Valencia está en medio de un golfo, el mar entra en la tierra acariciando las olas y la arena de la playa infinita.

Desde Vinaroz a Denia. El mar es un charco gigante, un espejo que refleja esa luz tan potente. Es como si todo el territorio fuera un plató de cine permanentemente iluminado por miles de focos cegadores”.

Por su parte, una de las personas que mejor supo entender y tratar esa luz valenciana es el pintor Joaquín Sorolla. Como declaró el médico Amalio Gimeno en su discurso académico de contestación al de Sorolla (Madrid, 1924): “Tenía Sorolla la vista fácilmente impresionable a cuanto se mueve en el mundo, y como lo que más se mueve es la luz, cambiando a cada instante, fue la luz la musa inspiradora de sus mejores cuadros.

Sólo la poderosa imantación de su sensorio hacia ella le elevaba sobre el nivel común. Su cerebro era declaradamente fototrópico. El sol le atraía y él captaba audazmente al sol, tomando a préstamo su luz brillante, que manejó a placer”.

Todo esto quedó reflejado en sus cuadros de la playa de la Malvarrosa, ganándose así el apelativo de “pintor de luz”. Sin embargo, esta situación geográfica “tan amable” en el día a día tiene también su cara cruel.

Y es que, según un estudio realizado en mayo de 2014 por el grupo de análisis Impulso a Valencia, del Ateneo Mercantil, la ciudad de València es uno de los lugares más expuestos al fenómeno DANA (Depresión aislada en niveles altos) o “gota fría”.

Tal como se puede leer en este estudio (2014), el cauce bajo del río Turia es la tercera zona más expuesta a nivel mundial a grandes lluvias torrenciales. Las dos primeras están ubicadas en regiones tropicales.

Estas inundaciones no son solo provocadas por las fuertes lluvias en corto espacio de tiempo. Y es que, matizan en Impulso a València (2014), un factor clave del fenómeno DANA es que las marejadas que genera pueden elevar entre uno y dos metros el nivel del mar, afectando a playas, paseos marítimos y primeras líneas de edificios.

Esta elevación del nivel hace que, tanto el río como los saneamientos, no cuenten con la capacidad suficiente para evacuar el agua de manera adecuada, lo que produce la inundación de las zonas más alejadas del frente marítimo.

Por proximidad en el tiempo, el capítulo de este tipo más recordado que sufrió València es la riada del 1957. Pero, según informa Francisco Pérez Puche en su libro Hasta aquí llego la riada (1997), este fenómeno no se trata de un hecho aislado.

En las crónicas de la época recogidas en los Llibres del Consell, desde 1321 hasta 1957, se contabilizan 24 episodios de riadas en València, con una media de 1 cada 27 años. No existen datos escritos anteriores a este año, ya que desaparecieron en un incendio que devastó todos los fondos escritos, pero gracias a las excavaciones arqueológicas que han sacado a la luz las ruinas romanas de la plaza de L´Almoina, se puede acreditar la existencia de riadas entre el siglo I y IV.

Igualmente, se repiten estos hechos en época musulmana, entre los siglos IX y XI, constatados en las excavaciones de los Baños del Almirall y plaza Nápoles y Sicilia. Sin embargo, y pese a todos estos estudios, parece que la memoria es corta y tendemos a olvidar lo negativo.

Es por ello que València suele ser más recordada por su luz y su buen clima. Algo que le ha llevado en los últimos tiempos a encabezar innumerables listas y estudios publicados donde se valora la salud, la calidad de vida o los mejores lugares para vivir.

Nacido en 1977 en València, ciudad en la que resido actualmente. De formación técnica, realizo estudios de ingeniería industrial. A nivel artístico me intereso de forma autodidacta por la escultura, la cerámica y la fotografía.

En el año 2016, ingreso en la Easd València donde realizo mis estudios de joyería y me intereso por la joyería contemporánea como disciplina para expresarme desde ese momento. La creatividad es algo que me ha acompañado desde la infancia.

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