Este proyecto tiene como objetivo diseñar el packaging de tres variantes de la cerveza La Salve para competir con marcas de cerveza artesanal independientes. Tras analizar su entorno competitivo y su posicionamiento de marca, he identificado tres pilares fundamentales: lo local, la historia y la cultura.
Para desarrollar el nombre de las tres variantes, me basé en la cultura e historia de Bilbao. Encontré varias mujeres destacadas cuyo legado ha dejado una huella significativa en la historia de la ciudad, pero que quizás son poco conocidas. Me pareció una buena idea unir el concepto de homenajear parte de la cultura de Bilbao como estrategia creativa para competir con otras marcas de cervezas artesanales.
Así, elegí el nombre "Casilda" para la variante IPA, en honor a Casilda Iturrizar, una gran benefactora de Bilbao. La variante Botxo se llama "Rafaela", en reconocimiento a Rafaela Ybarra, quien promovió los derechos de la mujer y la justicia social. Por último, la variante Pika se llama "Matilde", en honor a Matilde Raimunda de Orbegozo, una poetisa bilbaína cuyo trabajo enriqueció el patrimonio cultural de la ciudad.
Con ello, este proyecto busca no solo reconocer y mantener viva la memoria de estas mujeres, sino también posicionar a La Salve como una competidora creativa y destacada entre las marcas de cerveza artesanal independientes. Inspirándome en el estilo del ilustrador estadounidense Shepard Fairey, mi objetivo es crear un producto que se distinga por su calidad, color y atractivo visual, realzando así la visión de la marca.